Clase
miércoles, 7 de octubre de 2009

Un... ¿Error?

Jake miró hacia atrás sobresaltado "juraría que he notado algo" sin embargo sus únicas compañías eran el silencio y la quietud de la noche. Se llevó la mano a la frente y se secó el sudor que le empapaba, un sudor fruto del nerviosismo y el remordimiento por el terrible acto que acababa de cometer. Lentamente se dejó caer apoyándose en la pared de una nave industrial, como llevado por una fuerza misteriosa y con la voz entrecortada por el llanto, comenzó a rezar. Aquello más que un rezo se antojaba como una súplica "Perdóname señor porque he pecado" repetía constantemente sin dejar de pensar en su mujer y en sus hijos… el tiempo que debía permanecer lejos de ellos le abrumaba, pero no por eso iba a evadir la responsabilidad de asumir el terrible acto que había cometido.

Volvió a levantarse paulatinamente envuelto en un terrible miedo que fue en aumento al oír la sirena de coches patrulla aproximándose a su posición. Movido por la desesperación echó a correr pero el ruido estaba cada vez más y más cerca, el sonido de una frenada y la súbita luz de unos faros delante suyo le hicieron entrever que le habían cortado el paso. Intentó dar la vuelta y retroceder pero diez guardias armados le apuntaban con pulso firme. Fue solo cuestión de segundos, aquellos policías se abalanzaron sobre Jake y consiguieron reducirlo apenas sin esfuerzo "Ya no sirve el lamentarse…" el hombre ahogó el llanto e hizo acopio de todas sus fuerzas para sostenerse de pie por sus medios y entrar en lo que sería su billete de ida a una nueva vida. Mientras el coche avanzaba el hombre oyó un comunicado por la radio “…la policía científica se dispone a investigar el cuerpo del sujeto asesinado en la nave A-10 del polígono industrial de Londres, el posible asesino ha sido hallado mientras huía cerca de la nave en cuestión y ya está siendo trasladado a comisaría donde será interrogado…” entonces comenzó a pensar que era toda una casualidad que justo en la nave en la que trabajaba hubiera muerto alguien… se preguntó quién sería, y se alegró de que hubieran atrapado al asesino, pero aquello no apartaba de su mente lo sucedido en el despacho con anterioridad… "No me hubiera imaginado nunca que por romper una lámpara acabaría así…" se dijo a sí mismo para auto convencerse de lo sucedido.

2 comentarios:

Esquince dijo...

"Aquello más que un rezo se antojaba como una súplica"

Me gusta. :) El rezo es la mayor súplica. ¡Vaya, le pides un favor a Dios! Como un día responda... XDDD

Marina dijo...

pff.. yo tengo muy clara una cosa... si dios existe, no le caigo bien xD

Publicar un comentario