Clase
jueves, 8 de octubre de 2009

... de su hija

Llevamos unos días inquietantes con nervios e insomnio. Él no despierta y no sabemos si saldrá de esta… Mi familia sólo hace que desbordar llantos y tristeza. Ha sido una noticia inesperada para todos, se me hace duro ver a mi padre en una cama estirado y que él no sepa lo que está ocurriendo. El no poder escuchar un como está mi niña, que tal ha ido hoy pequeña… me duele tanto, mi primera reacción fue de rechazo y aún estoy en proceso de asumir que las cosas malas no sólo les pasan a los desconocidos, a la gente más luchadora como lo es el también. Recuerdo que el jueves día 24 de Septiembre era una noche movidita, hará justo unas tres semanas que le ofrecí a mi padre trabajo en el hotel AC de Barcelona, no era un buen mes para mis padres. Mi madre jubilada y a mi padre no le quedaba mucho para serlo, ese mismo mes le despidieron de su antiguo empleo, él quería la jubilación este mismo año pero la seguridad social no se la dio. Tuvo un puesto en el hotel como personal de mantenimiento hasta el día de la agresión.

No me considero una persona vengativa y lo que ocurrió el pasado jueves fue un error para todos, los jóvenes se desmadran y montan dramas a la mínima discusión. Yo estaba atendiendo a una pareja en recepción, habían perdido una de las llaves de la habitación y tuve que avisar al encargado. En ese mismo momento tres jóvenes preguntaron por el servicio, presencié que venían de las fiestas de La Mercè por el escándalo que habían formado en la entrada. Eran de buen vestir, unos de ellos tenía un mechero en la mano y el otro apareció fumando. En el recinto no se podía fumar y enseguida le dije que lo apagara, no podían utilizar el servicio y que abandonaran el edificio porqué no eran horas de tanto escándalo. No hubo insultos por sus partes hacia mí, pero agredieron a un guardia de la entrada. Mi padre acababa su turno y justo salía del hotel, se topo con los tres jóvenes… No merecía lo que le hicieron, nadie pudo hacer nada, ni yo que estaba a unos escasos metros. Fue una agresión descompensada, tres contra un hombre mayor. Recuerdo que hacía mucho frío y no era muy tarde, los muchachos se acercaron y pagaron sus rabietas con él, lo agredieron sin dar explicaciones, resbaló y se golpeó la cabeza contra el bordillo. Cuando me di cuenta ya permanecía ingresado en el Hospital Clínic en estado crítico.

Son las cuatro de la madrugada y nadie descansa, ojala que podamos describirle estos momentos de angustia y recordarlos como un recuerdo más.

1 comentarios:

Esquince dijo...

Definitivamente, el hotel AC debe poner dinero aquí porque lo vale. XD

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