ReflexionesReflexivas1

No quiero vivir esperando, viendo pasar el tiempo... aunque no quiera se me escapa y estoy atrapada, no sé porqué sigo, pero no paro y camino, sin rumbo y sin ritmo constante, pero sigo.
El mundo no va a parar porque tú o yo queramos, ni porque él pague o mienta. El tiempo no se compra si se vende, se pierde o se aprovecha. Tiempo bien o mal invertido, una cuestión relativa. Vivimos esclavos del reloj. Deberíamos odiar a los relojes: nos atan, nos hacen ser siempre consientes, nos recuerdan que la vida pasa aunque no queramos, hacen que los mejores momentos no sean eternos. También es cierto que dicen que hay heridas que sólo las cura el tiempo, pero no es cierto, lo que las cura es la madurez y el afán de superación de cada uno.

Lo que más me asusta, más me aterra, sobre todas las cosas, es desperdiciar mi tiempo, mi vida, no saber disfrutar plenamente. Nuestro cuerpo sólo vivirá una vez, debemos proporcionarle los placeres suficientes. La mente es distinto. ¿Quién sabe qué pasará con nuestra mente, con nosotros, nuestra alma si se prefiere?
El cuerpo es el que recibe el placer, la mente es quien lo procesa y lo disfruta.


Siento que malgasto el tiempo... y eso me frustra sobremanera.
Pero no hago nada al respecto, por miedo quizás, miedo a equivocarme, miedo a ser distinta, al rechazo... No lo sé. Simplemente no actúo, y me quedo observando cómo pasan los segundos, los minutos, las horas, los días, las semanas, los meses, los años... y veo cómo cambian las cosas, a mejor y a peor, pero no como yo quiero. Quiero un mundo a mi modo y eso no existe, vivo en sociedad y eso me limita.
Entonces, ¿alguien sólo puede ser realmente él mismo viviendo en soledad? Si es así, ¿porqué nos empeñamos en buscar una pareja y crear una familia, vivir en un núcleo y relacionarnos con demás personas?
En compañía perdemos nuestra libertad personal, pero no sabemos vivir en colectivo porque no nos respetamos, invadimos a los demás, queriendo o sin querer. En cambio nos negamos a vivir solos, a dedicarnos únicamente a perpetuar la especie, pero vivir aislados unos de otros, en completa libertad, tanto de actos como de mentalidad.

Aunque nos neguemos a reconocerlo o no nos guste hacerlo, vivimos influenciados por los demás, por los pensamientos e ideas de otras personas, por los actos de individuos ajenos a nosotros. Realmente nuestras ideas no son tan nuestras, ni nuestros actos tan propios.


-Paso del tiempo, equilibrio cuerpo-mente, hedonismo, cuestionamientos varios, aceptación...





¡Y aquí lo dejo por hoy!
Segun mi mente esté dispuesta a pensar, sentir y plasmar, iré escribiendo mis pensamientos desordenados. Quizás algun día no estén tan desordenados.